El Centro Hogar San Rafael y San José de la Montaña es un Centro dedicado a la acogida de menores  a través de la Delegación territorial de Jaén, de Igualdad y Políticas Sociales. Resumiendo sus antecedentes históricos, diremos que Madre Clara Gómez de San José, funda la casa de la Infancia, como guardería para los niños/as de las lavanderas, que fue solemnemente bendecida e inaugurada el 16 de Abril de 1926. 

El 24 de septiembre de 1935, se inaugura un Hogar para niñas huérfanas, abriéndose posteriormente un Colegio y Escuela Hogar que se cerraron en septiembre de 1981, permaneciendo solo el Hogar hasta 1989 que se cerró la casa. 

El 12 de septiembre de 2002 vuelve a abrirse la Casa, ubicada dentro del mismo edificio pero con dependencias totalmente independientes y adaptadas el Centro de Educación Infantil (C.E.I.) y el Centro Residencial Básico de Protección de Menores. Ambos recursos poseen actualmente convenios de cooperación con la Junta de Andalucía a través de las Delegaciones Territoriales, en Jaén, de educación y bienestar social respectivamente. 

En la actualidad continuamos nuestra labor social desde nuestro carisma de amor misericordioso legado por nuestra fundadora, Madre Petra de San José ofreciendo un contexto de acogida y educación, que lleve a los niños/as a adquirir la autonomía necesaria a poder desenvolverse positivamente en el mundo laboral y social. 

En esta andadura, han sido muchos los menores atendidos y muchas las personas que han pasado por nuestros hogares, llegando a formar lo que hoy ponemos en valor que es esta gran familia de madres de desamparados.  

El espíritu de servicio, la entrega, la firmeza y ternura, la alegría, la acogida y mucho Amor son los ingredientes necesarios para lograr encender en estos pequeños corazones un rayito de esperanza, que les ayude a encontrar la luz de Jesús en sus vidas.  

En nuestro día a día no faltan las actividades deportivas, los bailes y danzas que tanto nos divierten, los cuentos antes de acostarse, los buenos días por la mañana para empezar con energía el día, los juegos, las nuevas tecnologías, la pastoral, la educación en valores, el respeto, la entrega y las dinámicas y talleres que nos hacen generar un fraternal y cálido ambiente de cooperación acogida y acompañamiento.   

Un trabajo continuo, un camino duro y lleno de adversidades, pero también de muchas cosas bonitas, muchas mochilas que vaciar y equipajes que mejorar, desde la cotidianidad, el trabajo diario y en equipo, fomentando el dialogo y la participación creando en todos, un sentido de pertenencia y gratitud propios de los hombres y mujeres que en el futuro serán.  

Nuestro equipo educativo junto con los niños/as agradecemos de corazón su colaboración. Desde estas líneas nuestro abrazo más sincero y nuestra oración constante rogando por sus intenciones.